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quarta-feira, 3 de julho de 2013

Discurso de Abertura do Superior Geral Pe. Gregory



“Celebrando nuestro carisma: Señor, es bueno quedarnos aquí”

Mis queridos hermanos en San Vicente,
“Señor, es bueno quedarnos aquí”
Esta es una cita familiar de la Escritura, una que capta perfectamente cómo me encuentro estando aquí con ustedes hoy. La cita completa es: “Pedro dijo a Jesús “Señor, es bueno quedarnos aquí” (Mt. 17:4) Yo hago eco al sentimiento conmovedor de Pedro: ¡es bueno quedarnos aquí ! Hemos llegado de toda la Congregación del mundo entero para orar, reflexionar, estudiar, y aprender unos de otros. Es bueno que estemos aquí para explorar más ampliamente nuestra vocación Vinenciana y nuestro Carisma. Es bueno que estemos aquí en este punto intermedio entre nuestra Asamblea General de 2010 y nuestra próxima Asamblea para discernir juntos qué hemos realizado y qué queda todavía por hacer para cumplir las Líneas de Acción que acordamos para bien de la Congregación en 2010.
Como ustedes saben, esta cita de la Escritura es del relato de la Transfiguración, una fiesta que celebramos el próximo mes. Esta historia me fascina a varios niveles; quizás les intrigue también a ustedes. Siempre que la escucho, me pregunto a mi mismo sobre varios aspectos de esta historia. Por ejemplo: ¿Por qué tomó Jesús con él sólo a tres de los Doce a la montaña? ¿Porqué Pedro se precipita a construir tiendas o cabañas allí? ¿Qué movió a los discípulos para pasar de un temor tremendo a una fe reverencial en un tiempo tan corto? Y ¿por qué, después de una experiencia tan fuerte, dijo Jesús a los tres que no dijesen nada sobre esta experiencia hasta después de haber resucitado de entre los muertos?
Por favor, relájense: ¡no estoy aquí para implicarles en un asfixiante estudio de la Escritura y exégesis! Pero me gustaría usar esta hermosa historia como un telón de fondo para reflexionar en cómo podemos profundizar nuestro amor y práctica del carisma V icenciano hoy. La “Transfiguración” es un episodio que se nos presenta con ideas y analogías para nuestro viaje de la fe como individuos y como una comunidad. Es una lección sobre cómo abrirnos a la presencia transformadora de Jesús para que podamos vivir más plenamente nuestro carisma.
Mi esperanza es que, nuestro tiempo, juntos, durante estos días, sea una “Transfiguración” de tipos, que nuestro encuentro sea un acontecimiento que nos trasforme y profundice nuestro amor de Jesús y de San Vicente. Como ustedes saben, en la 41 Asamblea General, acordamos avanzar en un camino que llamamos “Fidelidad Creativa a la Misión”. Identificamos y nos comprometimos a fortalecer nuestras tres referencias o cotas esenciales:“reconocer nuestra responsabilidad con una gran herencia, desde San Vicente y los primeros misioneros hasta nuestros días,” Ser “dóciles al Espíritu Santo, que desea hacer más dinámica nuestra fidelidad y creatividad para la Misión;” “Comprometernos a recrear el carisma, atentos a los signos de los tiempos.”
Dicho sencillamente, creo que estas referencias abarcan nuestra herencia pasada, las realidades presentes, y la esperanza futura. Así, en nuestro tiempo,juntos, les animo a reflexionar y abordar esta pregunta: ¿Cómo ayudo a los misioneros en mi provincia a mostrar “fidelidad para la Misión” en las dimensiones personales, comunitarias y apostólicas de sus vidas como Vicencianos?
Como ustedes saben, las “Líneas de Acción” son los medios actuales por los que ponemos en práctica estos ideales. Es esencial por consiguiente que revisemos y reflexionemos sobre ellos durante este tiempo. Las áreas en las que nos centraremos están todas en las Líneas de Acción. Incluyen: formación, reconfiguración, diálogo con los pobres, diálogo con la Familia Vicenciana, creatividad en nuestro ministerio, y la metodología de cambio sistémico. Para estas áreas, la Asamblea enumeró objetivos de largo alcance que podrían ser adaptados de acuerdo con las varias dimensiones y necesidades de las provincias.
En 2010 la Asamblea General aprobó un plan estratégico de comunicaciones por nuestra Oficina de Comunicaciones que organizó las Líneas de Acción em temas anuales. Al actuar así, esperamos ayudar a provincias y cohermanos visitadores en el desarrollo de estrategias para incrementar la concienciación y asegurar mejor su cumplimiento a nivel local, provincial e inter provincial. Cada uno de los cinco años del plan estratégico se centra en un tema principal aprobado por la Asamblea General. Al asumir este enfoque, yo mismo y los assistentes generales aprovechamos cualquier oportunidad que tenemos – sean charlas, homilías, y visitas canónicas para aumentar la concienciación de estos temas anuales entre los misioneros.
En armonía con nuestra herencia Vicenciana, decidimos que además de los temas anuales, hubiese un tema global que permanecería durante toda la duración del plan: “Diálogo con los pobres”. Sirve como una memoria constante para centrarnos en nuestro carisma y misión. Creemos que este tema y los temas anuales de las “Líneas de Acción” son un camino viable para mantener el trabajo de la Asamblea General ante los Visitadores, Conferencias de Visitadores, comunidades locales, misioneros, así como miembros de la Familia Vicenciana.
Además del tema anual de “Diálogo con los pobres” “Cambio Sistémico” fue el tema de 2012. Este año es el tema de la “Reconfiguración: Camino a la creatividad en nuestros ministerios”. En 2014 el tema será “Formación Inicial y Permanente, y en 2015, “Diálogo de la Familia Vicenciana.” Para 2016, emplearemos el tempo antes de la Asamblea General para evaluar las “Líneas de Acción” tanto com relación a su implementación como a su eficacia.
Pero ni las palabras de la Asamblea General ni un plan temático de comunicaciones son tra nsformantes en sí mismos. Es por eso que nos reunimos aquí durante estos días. Quizás sea útil volver al episodio de la Transfiguración.
Como los tres discípulos elegidos por Jesús para subir a la montaña, ustedes, como líderes representantes en la Congregación, son como un pequeño grupo muestra que encarna las esperanzas y aspiraciones de nuestros 3.000 misioneros.
Por eso, espero que, nuestro tiempo, juntos, sea una verdadera experiencia de comunidad, en el servicio de nuestra misión al seguir a Jesucrist o, Evangelizador de los pobres. Y de este encuentro, es mi profundo deseo, que nos llevará a encender de nuevo el carisma Vincenciano en nuestros misioneros, comunidades y apostolados. “Señor, es bueno quedarnos aquí.” No hemos venido aquí para escapar o desentendernos de las realidades de la vida comunitaria y el ministerio em nuestras provincias o en un abanico más amplio de la Congregación. No estamos aquí para construir chozas o para felicitarnos mutuamente, sino para plantar tiendas de compartir mutuo y de compañerismo. Como los discípulos, podemos sentirnos desbardados por los desafíos que tenemos delante en nuestras provincias. Pero como los discípulos, sabemos que el Señor Jesús siempre nos acompaña, y que el carisma de San Vicente nos inspirará y nos guiará como sus hijos espirituales.
Que estos días fortalezcan nuestros vínculos como hermanos; que sean un tiempo para un rico intercambio de ideas y experiencias; y que nos traigan una renovación de esperanza para que podamos “llegar a ser plenamente lo que estamos llamados a ser”.
Como pueden ver en nuestro ambicioso calendario, ¡tenemos mucho por hacer! Nuestro horario diario, aunque lleno, permite tiempo para la oración, Eucaristía, aprendizaje, diálogo y reflexión. Les animo a que aprovech en el tempo al máximum para su crecimiento personal y para bien de su provincia. El verano pasado, tuve la suerte de dedicar tiempo con nuestros misioneros que trabajan como Directores de las Hijas de la Caridad. Como ustedes saben, este es um servicio que la Congregación proporciona a las Hijas de la Caridad a las que ustedes asisten con tanta generosidad, con frecuencia a expensas de sus propias necesidades personales. Cuando hablé en la sesión de apertura, hice una petición a los misioneros que haré a u stedes hoy.
Propuse que su tiempo, juntos, estuviese regido, por lo que yo llamo las “Tres Erres”: Reflexionar, reaccionar, y reintegrar. Ofrezco ese mismo marco alcomenzar este encuentro importante hoy. Tomen tiempo para reflexionar sobre lo que lean y oigan, escuchen con atención y procesen no sólo las palabras sino también las ideas. Reaccionen a lo que oyen y piensan; comuníquense formal e informalmente, sea en sus pequeños grupos o en las sesiones plenarias. Y finalmente, reintegrar: descubrir cómo, lo que ustedes ven y aprenden aquí, puede beneficiar a sus cohermanos y ayudarles en su trabajo como su Visitador.  
“Señor, es bueno quedarnos aquí”. Ahora vamos a trabajar.

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